HOMILÍA EN EL PARQUE SIMÓN
BOLÍVAR, EN BOGOTÁ.
FOTOS: ERNESTO B. Mc NALLY C.
BOLÍVAR, EN BOGOTÁ.
FOTOS: ERNESTO B. Mc NALLY C.
El papa Francisco concluyó ayer su visita a Colombia y dejó múltiples mensajes; uno de los cuales se refiere al “navegar mar adentro”.
Navegar mar adentro, al igual que Pedro en el pasaje del Evangelio, en que el Apóstol de los Gentiles siente miedo frente al poder del mar que le angustia, fue parte del mensaje del Vicario de Cristo en Bogotá, en el Parque Simón Bolívar.
El Santo Padre explicó en su primera homilía en
tierras colombianas, basado en una lectura cristiana antigua, que “el mar
representa la inmensidad donde conviven todos los pueblos. Finalmente, por su agitación y oscuridad,
evoca todo aquello que amenaza la existencia humana y tiene el poder de destruirla”.
ALREDEDORES DEL PARQUE SIMÓN BOLÍVAR |
En este contexto agregó el Sumo Pontífice, “la
Palabra de Jesús tiene algo de especial que no deja indiferente a nadie. Su
Palabra tiene poder para convertir corazones, cambiar planes y proyectos. Es
una Palabra probada en la acción, no es una conclusión de escritorio, de
acuerdos fríos y alejados del dolor de la gente, por eso es una Palabra que
sirve tanto para la seguridad de la orilla como para la fragilidad del mar”.
No obstante, el Santo Padre no utilizó
únicamente la figura del mar para ilustrar el poder del mal. Al hablar
sobre la paz en Colombia, tan
cuestionada por diversos sectores en el
hermano país sudamericano, el Santo Padre se refirió también a las tinieblas
que impiden la armonía y amenazan la vida, desde su inicio hasta su natural conclusión.
En este sentido, el Papa fue específico al
aludir a las tinieblas del egoísmo, de
la injusticia social, de la inequidad y de la corrupción, que no permiten la
anhelada paz del pueblo colombiano.
“También aquí, como en otras partes, hay densas
tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de
la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o
grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado
para el bienestar de todos; las tinieblas del irrespeto por la vida humana que
siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo;
las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las
manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes
se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas”, indicó el Vicario de
Cristo.
En este orden de ideas, el Papa argumentó, que
navegar mar adentro, al igual que Pedro, implica seguir a Cristo, a pesar de
los riesgos que hay que afrontar en el mar.
El mandato de echar las redes no está dirigido únicamente a Pedro. Hay
que “llamar a otros, a todos, para que nadie quede al arbitrio de las
tempestades…Cargar a los más frágiles, promoviendo sus derechos”, puntualizó el
papa Francisco en su homilía en Bogotá.
Así, Jesús invita – manifestó el Papa - a ir mar adentro, al riesgo compartido, a perder miedos que no vienen de Dios, que nos inmovilizan y retardan la urgencia de ser constructores de la paz, promotores de la vida. Y termina con una frase del mismo Jesús: “Navega mar adentro”.