NARANJAS PANAMEÑAS. FOTOS: ERNESTO Mc NALLY. ALL RIGHTS RESERVED.
“El amor y la naranja”, así reza un refrán anónimo que alude al sentirse satisfecho o completo. De aparente origen desconocido, la naranja parece estar asociada a la placidez, especialmente por la mañana. Además de su sabor dulce, contiene una serie de nutrientes vinculados con la salud; quizás de allí, que se le considere a la hora de hablar del amor y del bienestar.
La naranja es una fruta con sus antecedentes en Oriente, aunque diversos autores señalen que su
procedencia es desconocida o no fácil de precisar. La India, Vietnam, Japón y China son algunos de los países citados como
productores originarios de este fruto. Sin embargo, existen fuentes que señalan
al sureste de China y el norte de Birmania como el lugar originario de este
cítrico. Según estos datos, posteriormente se amplió su cultivo a Japón y llegó
a India, de donde se extendió su consumo a Europa, producto del comercio a
través de la Ruta de la Seda.
En Europa los árabes introducen la naranja
en España en el siglo X y, posteriormente los españoles la llevan a América, en
1565, y la plantan en la ciudad de San
Agustín, en Florida y California. Sin embargo, fue a Grecia donde primero
llegó, procedente de Asia.
La naranja es un fruto dulce (Citrus sinesis), aunque existe una
variedad amarga (Citrus aurantium). Es, además, carnosa y de
abundante jugo, contenido en su pulpa. De su cáscara se desprende el zumo de
naranja, de agradable olor a cítrico.
La naranja ha sido señalada como un
sedante. Múltiples páginas en la Web, aluden al té de cáscara de naranja para
relajarse y dormir. De igual manera, se acostumbra a consumir esta fruta en el desayuno, o por lo menos se asocia al
hábito de tomar su jugo en las mañanas, como parte de la primera comida; que
debe ser sustancial, conforme a lo que
se aconseja para afrontar las primeras
actividades del día.
De sus nutrientes sobresale la vitamina C, además de las vitaminas A, B, B1, B2, B3, B6 y B9. También posee minerales como el calcio, magnesio, yodo, sodio, hierro, selenio, zinc y potasio.
Comer naranja es aconsejable por múltiples
factores. Su contenido de fibra es reconocido. La vitamina C que contiene,
contribuye a la producción de glóbulos blancos y a reforzar el sistema inmunológico,
de acuerdo a algunos autores.
Sumado a esto, la naranja contiene carotenoides,
asociados según diversas fuentes, a la
prevención del cáncer.
La naranja, asimismo, es mencionada en la
literatura como un alimento que previene la diabetes, sin contar que se
recomienda para la protección frente a enfermedades cardiovasculares. Esto es
así, señalan algunos sitios en Internet, debido a que este cítrico reduce la
absorción de grasas y baja el colesterol y la tensión.
Igualmente, de la naranja se ha dicho que
protege a los vasos sanguíneos y reduce la producción de coágulos en la sangre,
además, de favorecer la absorción del hierro e influir positivamente en la
digestión y ser un antiinflamatorio.
Finalmente, este fruto está asociado no
solo a la salud. Se le relaciona a menudo con el amor y la sensación de
bienestar. En la literatura clásica, Aristófanes alude a la media naranja como
a la pareja ideal. Se habla así, de acuerdo con el comediógrafo griego, a que la pareja perfecta para una persona, es un
alma gemela.